Billie Eilish: la nueva conciencia del pop

Billie Eilish celebró su cumpleaños número 17 en una pista de patinaje en Los Ángeles, y ayer volvió directo al trabajo, lo que significó pasar la noche en "un hotel de mala muerte" para grabar el video de su nuevo single "Bury a Friend". "Olía a pis y caballos", dice ella del hotel, "pero la rompimos, man". Con el pelo azul ahora teñido de gris, Eilish se sienta en el patio trasero del bungalow al que llama su casa natal. Dice que escribió la nueva canción "desde la perspectiva del monstruo debajo de tu cama. Cualquier cosa podría ser el monstruo. Podría ser alguien a quien amás tanto que se está apoderando de tu vida. Creo que el amor y el terror y el odio son lo mismo".
Este es el tipo de observaciones que Eilish va arrojando casualmente en el transcurso de la conversación: su voz dulce y somnolienta y su gusto por poner melodías pegajosas sobre ritmos acústicos y electrónicos contrastan con un cerebro lleno de visiones oscuras. Con ese fin, ella ha hecho una serie de videos espeluznantes -que acumulan cientos de millones de vistas- en los que lágrimas negras brotan de sus ojos y arañas se meten en su boca. Para "Bury a Friend", cuenta, "tenía esta idea de estar desnuda, como en una abducción, rodeada de personas pinchándome con jeringas en los brazos y en el cuello. Ese es uno de los mayores temores de la gente, las agujas, y eso es lo que he estado haciendo: concentrarme en los temores de la gente". Fue un rodaje largo, exigente físicamente hasta el punto de la lesión. "Había muchas manos de personas, agarrándome, asfixiándome y tirándome del pelo", dice. "Y me encantó. Disfruto de ser sacudida y lastimada, por alguna razón."

 



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-rolling-stone

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