Ya se había convertido en una super estrella, pero la Reina del Pop cimentó su carrera con su tercer álbum en 1986. Por primera vez en su carrera, coescribió y coprodujo las nueve pistas de True Blue. Su voz también maduró, y dejó de lado los sonidos más agudos a los que acostumbraba en Holiday o Material Girl.
True Blue es eminentemente un disco dance-pop, que habla de su época, pero también celebraba las culturas dispares que influyeron en el sonido de Madonna en este momento. No solo incorpora soul y R&B, sino que también continúa explorando la cultura de los clubes de baile queer, así como su afecto por lo latino.